Acho vivió
una gran tarde de toros en la primera de abono de la Feria del Señor de los
Milagros
A plaza llena rompió el paseíllo en el albero limeño, donde
partieron plaza Enrique Ponce, Andrés Roca Rey y Joaquín Galdós. Posterior al
paseo de cuadrillas se entonó el Himno Nacional del Perú y la Compañía Fanning
de la Marina de Guerra del Perú ejecutó preciosas maniobras con temática
taurina, llevándose la primera ovación de la tarde.
Ponce volvió a Lima
para dejar patente de su maestría, entendiendo la condición de ambos astados
del hierro de Daniel Ruiz que le correspondieron. Superior con el primero al
que
le dio las distancias y alturas para buscar someterlo y torear relajado,
con sello clásico y vertical, además de imprimir en los pases, en el que se
gustó, toreó para él. Su segundo no tuvo el fuelle necesario para poder
construir una faena, aunque lo intentó el diestro valenciano sin poder llegar a
romper en la faena. Fue ovacionado por la afición limeña
No solo arrollador,
sino también puro y de grandes maneras fue el toreo de Roca Rey, que volvió a
Lima tras una triunfal temporada europea. Mostró una evolución en sus formas de
torear, trazando muletazos de profundidad y hondura, además de torear con las
manos muy bajas, con capacidad y conocimiento. Fue capaz el limeño de encontrar
distancias y terrenos donde quiso, aun cuando su lote no fue del todo
colaborador, siempre dominador y poderoso para llevarse una oreja en el primero
de su lote y perdió los trofeos de su segundo al fallar con el acero.
Triunfó en esta
tarde Joaquín Galdós, quien imprimió durante la tarde un toreo cargado de gusto
y detalles, regaló un toreo clásico del que gusta a la afición de Acho, aunque
también fue capaz de sumar muchísima entrega desde el capote, toreando a gusto
a la verónica y hasta yéndose a recibir a portagayola en su segundo. Con la
muleta dejó en la retina del público limeño faenas de muy buen corte, se gustó
el torero cuando ejecutó pases de gran calidad y supo administrar tiempos, cayó
de pie en su tierra. Cortó una oreja de su primero y sumando dos en su segundo por
lo que salió a hombros por la puerta grande de la primera plaza del Perú.
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