Cubas triunfó
en Ranrahirca ante una complicada corrida de San Sebastián. El español Paco
Ramos estuvo digno y entregadísimo pero su fallo a espadas le impidió el
triunfo. Hoy entra en el cartel el murciano Emilio Serna ante reses del mismo
hierro.
Una verdadera lindura
los pueblos que se asientan a la vera del caudaloso río Santa, en el Callejón
de Huaylas, famoso por sus cumbres eternas donde se ubican los nevados más
altos y hermosos de Sudamérica. En aquel circuito de pueblos y al pie del
Huascarán, está Ranrahirca, ciudad de empinadas palmeras donde por estos días
se celebra la fiesta patronal en honor al Señor de los Milagros. Sus corridas
de toros, junto a las de Ticapampa, tienen fama por ser de
las más formales de
la región, con ganaderías de toros bravos
que florecen en sus copiosos valles de frutales y alfalfares.
Ayer fue una tarde de
sol y con plaza llena, disfrutamos del primer festejo que inició pasadas las
cuatro de la tarde con Juan Carlos Cubas y el español Paco Ramos encabezando el
pelotón de cuadrillas. Se lidiaron cuatro reses de la ganadería local San
Sebastián, del señor Robinson Ayala Gride, que saltaron bien presentadas y con
diverso comportamiento, arreando, con fondo y las naturales complicaciones que
suelen presentar las reses que se crían para la lidia.
El lote de Cubas se
dejó torear pero el huancaíno tuvo que estar muy firme para atemperar las desacompasadas
acometidas del basto 1°, alto de agujas y con hechuras impropias para embestir.
Iba mejor por el pitón derecho y por
allí el torero logró someterlo perdiendo algún trofeo tras pincharlo. El 3° fue
más asequible y con más claridad en las embestidas. Su fijeza coadyuvó para que
Juan Carlos lograra ligar algunas series que fueron aplaudidas y tras envainar
el estoque en buen sitio cayeron las orejas que lo catapultaron al triunfo.
Paco Ramos estuvo enorme con el imponente 2°, que de salida no se empleó pero
tras el puyazo de rigor se decantó por la pelea. Los doblones iniciales fueron
de mucho poder y dominio; tanto que la gente se aquietó en los tendidos. Que
esa es la emoción de la fiesta. El animal arreaba pero tras sentirse sometido
optó por defenderse y reponiendo con violencia estuvo a punto de prender al
torero. El oficio y la afición de Paco le permitieron resolver y tras pincharlo
despachó al duro castaño que vendió cara su muerte.
El 4° le permitió
solazarse en el capote y una verónica fue parando el tiempo, así como las
ajustadísimas chicuelinas y un par de muletazos de mucha profundidad. De allí
se agotó la tela y muy avanzada la tarde ya, pinchó y el triunfo volvió a
írsele por esa vía.
Ficha. Lunes día 21 de
setiembre de 2015. Tarde soleada, plaza llena. Corrida de toros. Reses de San
Sebastián. Juan Carlos Cubas (Lila y Oro) Cinco pinchazos, estocada caída,
silencio tras un aviso. Tres cuartos de estocada en lo alto, dos orejas. Paco
Ramos (Sangre de toro y Oro) Cuatro pinchazos, estocada calada, descabellos,
silencio tras un aviso. Pinchazo, estocada entera, descabellos, silencio.
(Desde
Ranrahirca, Ancash, Juan Medrano Chavarría)
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