Hizo lo más valioso de la tarde, lidiando con quietud y
temple a un toro cornalón y astifino que le propinó una cornada de pronóstico
menos grave. Herido, fue derecho tras la espada encunándose entre los pitones,
paseando las orejas más auténticas de esta importante feria cajamarquina…
El inesperado aguacero
que cayó sobre el cálido valle el miércoles día 14 de setiembre, marcó el
inicio de la feria en honor al Señor de la Misericordia. La corrida hubo de
interrumpirse por espacio de una hora tras doblar el corrido 1°, al que Juan
Carlos Cubas, en faena de conocimiento,
desorejó por partida doble. Luego
del receso y con el albero encharcado, los coletas decidieron echar pa’lante,
cerrando la tarde en estruendo para El Chihuahua, que obtuvo cuatro apéndices y
fue el triunfador del festejo.
Con buen tiempo arribamos
al día siguiente. El sol brilló tenuemente y el paseíllo inició alrededor de
las cuatro de la tarde. La corrida de San Pedro y Salamanca saltó bien
presentada y variada en pelos y comportamiento, destacando el albahío corrido
3° y el castaño requemao que hizo 5°, que tuvo la virtud del desplazamiento
pero sin cumplir las premisas del indulto, señalado en varas y sin ser lucido
por su lidiador. Otros, como el 2° y 6° de Salamanca, tuvieron kilos pero con
la fuerza justa y escaso recorrido, en especial el que cerró la tarde y con el
que porfió infructuosamente el buen torero Román Collado que, dicho sea de
paso, mostró su gran concepto y poderío con el picante 4°, que amagó rajarse y
ante el atrevimiento del torero, -que le pisó los terrenos y echó a los belfos los
vuelos de la muleta-, decidió hacer honor a su divisa atacando en su querencia.
Los derechazos fueron de gran trazo, relajados y a gusto. El pinchar le costó
al rubio torero los trofeos, pero la gente valoró sus maneras y disposición
para firmar el compromiso.
Con las naturales distancias
entre categorías y escalafón, la última tarde tuvo un nombre: Sebastián Vela.
Educado taurinamente en
México y vuelto al terruño hace un par de temporadas, el torero peruano tiene
las cosas muy claras y va camino a la madurez. Su concepto lo dice todo y la
tarde del viernes día 16 de setiembre, echó a andar su ilusión. Vela lo
manifiesta y además, lo asume en el ruedo. Era la tarde en que debía mostrarse
dando además el batacazo. Pocos lo conocían, pero cuando saltó el 3°,
descarado, astifino, vivaz y con nervio, de esos toros que no perdonan errores
y al menor descuido te desbaratan, se puso a torear y tras aguantar a pie firme
alguna colada, cogió la muleta con la mano de la verdad y mandó él, aguantando
y toreando con los argumentos de la verdad. El público no lo creía hasta que lo
entendió y rompió en cerradas ovaciones. De dónde salió este torero….? Se preguntaban en los tendidos.
Fueron doce o quince
muletazos de mucha intensidad, abrochando con pases ayudados por alto, alguno
majestuoso, muy quieto y sin quitar los muslos. Se perfila y al dudar marra y
la espada resbala en el morrillo y el toro, que ya lo dijimos, -era un
marrajo-, hace por él y muy certero lo empitona infiriéndole una cornada en el
glúteo izquierdo. Brota la sangre pero el torero no se amilana y vuelve al
fragor convencido que ha llegado la hora del cante grande o el ominoso marchar.
Opta por la honra y va derechito siguiendo el curso del acero, que entierra en
el morrillo hasta la empuñadura. Sale rebotado y tras rápido estertor, el toro
cae sin puntilla a los pies del valiente.
Sebastián hizo vivir
sensaciones seguramente jamás experimentadas por el grueso del público allí
presente. Pues la verdad, y da nostalgia decirlo, hoy en día muy pocos toreros
arriesgan lo mínimo en el ruedo y vemos a menudo faenas insulsas sin mando, temple
ni planta. Y en la hora suprema, ya nadie lía la muleta, encela y hace la cruz,
templando la muerte. Hoy prima la ventaja, sacando el brazo por un lado y
echando el cuerpo por el otro, todo muy ligero; de resultas que la espada cae
contraria o muy abajo. Por eso está de moda el célebre julipié, del cual casi
todos los toreros son eximios cultores… Lo de Vela fue algo así como una
reminiscencia del pasado que a muchos emocionó hasta las lágrimas.
Atestiguamos también el
esfuerzo de Cristóbal Pardo ante un lote con escasísimas posibilidades. El 1°
de Salamanca, con romana y badana pero con gran peligro sordo. El 4°, de San
Pedro, que frenábase haciendo extraños, sin romper pa’lante. Y el 6°, bravucón
y huidizo que lidió como más antiguo de la terna al resultar herido Vela, en
faena meritoria por la violencia con que arreaba el animal. El caldense le echó
valor y decisión, y arriesgando a la hora de la verdad fue congratulado con la
simpatía del público.
Jairo Miguel soportó gran
bronca por su falta de recursos ante el complicado y voluminoso 3°; pero la
bendición le llegó con el 5°, un noble y repetidor sampedrano que aunque
apocado de fuerzas, embistió en rectitud y por abajo a la muleta del español.
Tras algunas discretas series sobre ambas manos, -pues el toro venía bien por
los dos pitones-, atizadas con la calentura de la gente, el juez mostró el
pañuelo naranja y la fiesta estalló en los tendidos.
A hoy domingo día 18, Sebastián
Vela permanece internado en el Centro de Salud de Tacabamba, conectado a suero
y antibióticos. El parte médico, firmado por la doctora Evelyn Cotrina Celis,
indica que el torero fue ingresado a las cinco y treinta de la tarde con una
herida por asta de toro de dos centímetros por seis centímetros de profundidad,
limpia, que no compromete músculos, venas ni arteria. Su estado es bueno y se
prevé que mañana lunes día 19 de setiembre será dado de alta médica.
Ficha. Jueves día 15 de
setiembre de 2016. Tarde soleada con media entrada.
Reses de San Pedro y Salamanca, en general de buen trapío y juego dispar. El
Chihuahua (Azul Eléctrico y Oro)Estocada delantera, silencio. Dos pinchazos,
estocada delantera y caída, vuelta al ruedo. Jairo Miguel (Blanco y Oro) Media
estoada desprendida, tres golpes de descabello, vuelta al ruedo. Dos orejas y
rabo simbólicos. Román Collado (Grana y Oro) Estocada contraria y desprendida,
cuatro golpes de descabello, silencio. Estocada trasera, seis golpes de
descabello, palmas tras un aviso.
Ficha. Viernes día 16 de
setiembre de 2016. Tarde soleada con plaza llena hasta
las banderas. Reses de San Pedro y Salamanca, bien presentadas pero en general
complicadas, destacando el 3° y 5°, este último indultado. Cristóbal Pardo
(Sangre de Toro y Oro) Dos pinchazos, estocada tendida y desprendida, silencio.
Seis pinchazos y estocada baja, silencio. Media estocada delantera y
desprendida, palmas. Jairo Miguel (Blanco y Oro) Cinco pinchazos y estocada
baja, pitos. Dos orejas y rabo simbólicos. Sebastián Vela (Lila y Oro) Pinchazo
en lo alto y cornada. Estocada entera, dos orejas en el único que estoqueó.
(Desde Tacabamba, Chota, Cajamarca, Juan Medrano Chavarría)
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