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domingo, 18 de septiembre de 2016

GESTA ÉPICA DE SEBASTIÁN VELA EN TACABAMBA

Hizo lo más valioso de la tarde, lidiando con quietud y temple a un toro cornalón y astifino que le propinó una cornada de pronóstico menos grave. Herido, fue derecho tras la espada encunándose entre los pitones, paseando las orejas más auténticas de esta importante feria cajamarquina…  
El inesperado aguacero que cayó sobre el cálido valle el miércoles día 14 de setiembre, marcó el inicio de la feria en honor al Señor de la Misericordia. La corrida hubo de interrumpirse por espacio de una hora tras doblar el corrido 1°, al que Juan Carlos Cubas, en faena de conocimiento,  desorejó por partida doble.  Luego del receso y con el albero encharcado, los coletas decidieron echar pa’lante, cerrando la tarde en estruendo para El Chihuahua, que obtuvo cuatro apéndices y fue el triunfador del festejo.
Con buen tiempo arribamos al día siguiente. El sol brilló tenuemente y el paseíllo inició alrededor de las cuatro de la tarde. La corrida de San Pedro y Salamanca saltó bien presentada y variada en pelos y comportamiento, destacando el albahío corrido 3° y el castaño requemao que hizo 5°, que tuvo la virtud del desplazamiento pero sin cumplir las premisas del indulto, señalado en varas y sin ser lucido por su lidiador. Otros, como el 2° y 6° de Salamanca, tuvieron kilos pero con la fuerza justa y escaso recorrido, en especial el que cerró la tarde y con el que porfió infructuosamente el buen torero Román Collado que, dicho sea de paso, mostró su gran concepto y poderío con el picante 4°, que amagó rajarse y ante el atrevimiento del torero, -que le pisó los terrenos y echó a los belfos los vuelos de la muleta-, decidió hacer honor a su divisa atacando en su querencia. Los derechazos fueron de gran trazo, relajados y a gusto. El pinchar le costó al rubio torero los trofeos, pero la gente valoró sus maneras y disposición para firmar el compromiso.
Con las naturales distancias entre categorías y escalafón, la última tarde tuvo un nombre: Sebastián Vela.
Educado taurinamente en México y vuelto al terruño hace un par de temporadas, el torero peruano tiene las cosas muy claras y va camino a la madurez. Su concepto lo dice todo y la tarde del viernes día 16 de setiembre, echó a andar su ilusión. Vela lo manifiesta y además, lo asume en el ruedo. Era la tarde en que debía mostrarse dando además el batacazo. Pocos lo conocían, pero cuando saltó el 3°, descarado, astifino, vivaz y con nervio, de esos toros que no perdonan errores y al menor descuido te desbaratan, se puso a torear y tras aguantar a pie firme alguna colada, cogió la muleta con la mano de la verdad y mandó él, aguantando y toreando con los argumentos de la verdad. El público no lo creía hasta que lo entendió y rompió en cerradas ovaciones. De dónde salió este torero….?  Se preguntaban en los tendidos.
Fueron doce o quince muletazos de mucha intensidad, abrochando con pases ayudados por alto, alguno majestuoso, muy quieto y sin quitar los muslos. Se perfila y al dudar marra y la espada resbala en el morrillo y el toro, que ya lo dijimos, -era un marrajo-, hace por él y muy certero lo empitona infiriéndole una cornada en el glúteo izquierdo. Brota la sangre pero el torero no se amilana y vuelve al fragor convencido que ha llegado la hora del cante grande o el ominoso marchar. Opta por la honra y va derechito siguiendo el curso del acero, que entierra en el morrillo hasta la empuñadura. Sale rebotado y tras rápido estertor, el toro cae sin puntilla a los pies del valiente.
Sebastián hizo vivir sensaciones seguramente jamás experimentadas por el grueso del público allí presente. Pues la verdad, y da nostalgia decirlo, hoy en día muy pocos toreros arriesgan lo mínimo en el ruedo y vemos a menudo faenas insulsas sin mando, temple ni planta. Y en la hora suprema, ya nadie lía la muleta, encela y hace la cruz, templando la muerte. Hoy prima la ventaja, sacando el brazo por un lado y echando el cuerpo por el otro, todo muy ligero; de resultas que la espada cae contraria o muy abajo. Por eso está de moda el célebre julipié, del cual casi todos los toreros son eximios cultores… Lo de Vela fue algo así como una reminiscencia del pasado que a muchos emocionó hasta las lágrimas.
Atestiguamos también el esfuerzo de Cristóbal Pardo ante un lote con escasísimas posibilidades. El 1° de Salamanca, con romana y badana pero con gran peligro sordo. El 4°, de San Pedro, que frenábase haciendo extraños, sin romper pa’lante. Y el 6°, bravucón y huidizo que lidió como más antiguo de la terna al resultar herido Vela, en faena meritoria por la violencia con que arreaba el animal. El caldense le echó valor y decisión, y arriesgando a la hora de la verdad fue congratulado con la simpatía del público.
Jairo Miguel soportó gran bronca por su falta de recursos ante el complicado y voluminoso 3°; pero la bendición le llegó con el 5°, un noble y repetidor sampedrano que aunque apocado de fuerzas, embistió en rectitud y por abajo a la muleta del español. Tras algunas discretas series sobre ambas manos, -pues el toro venía bien por los dos pitones-, atizadas con la calentura de la gente, el juez mostró el pañuelo naranja y la fiesta estalló en los tendidos.  
A hoy domingo día 18, Sebastián Vela permanece internado en el Centro de Salud de Tacabamba, conectado a suero y antibióticos. El parte médico, firmado por la doctora Evelyn Cotrina Celis, indica que el torero fue ingresado a las cinco y treinta de la tarde con una herida por asta de toro de dos centímetros por seis centímetros de profundidad, limpia, que no compromete músculos, venas ni arteria. Su estado es bueno y se prevé que mañana lunes día 19 de setiembre será dado de alta médica.
Ficha. Jueves día 15 de setiembre de 2016. Tarde soleada con media entrada. Reses de San Pedro y Salamanca, en general de buen trapío y juego dispar. El Chihuahua (Azul Eléctrico y Oro)Estocada delantera, silencio. Dos pinchazos, estocada delantera y caída, vuelta al ruedo. Jairo Miguel (Blanco y Oro) Media estoada desprendida, tres golpes de descabello, vuelta al ruedo. Dos orejas y rabo simbólicos. Román Collado (Grana y Oro) Estocada contraria y desprendida, cuatro golpes de descabello, silencio. Estocada trasera, seis golpes de descabello, palmas tras un aviso.


Ficha. Viernes día 16 de setiembre de 2016. Tarde soleada con plaza llena hasta las banderas. Reses de San Pedro y Salamanca, bien presentadas pero en general complicadas, destacando el 3° y 5°, este último indultado. Cristóbal Pardo (Sangre de Toro y Oro) Dos pinchazos, estocada tendida y desprendida, silencio. Seis pinchazos y estocada baja, silencio. Media estocada delantera y desprendida, palmas. Jairo Miguel (Blanco y Oro) Cinco pinchazos y estocada baja, pitos. Dos orejas y rabo simbólicos. Sebastián Vela (Lila y Oro) Pinchazo en lo alto y cornada. Estocada entera, dos orejas en el único que estoqueó.   

                                         (Desde Tacabamba, Chota, Cajamarca, Juan Medrano Chavarría)

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