Cortó la única oreja del primer festejo de la feria nazarena donde los
toreros pusieron la raza y entrega que faltó a la novillada. Dos antitaurinos
irrumpieron en el albero de Acho. Hasta cuándo soportaremos la intolerancia y
conducta violentista de estos desaforados jóvenes…?
Los
antitaurinos cruzaron la raya y causaron desmanes. Ya no respetan a nada ni a
nadie e incluso agreden en impunidad a los custodios del orden. Ayer varios de
ellos se camuflaron con pancartas en el Tendido 13 de Sol introduciéndose
subrepticiamente al redondel tras el arrastre del 2°. Ausente la policía, monosabios
y costaleros los redujeron rápidamente para expulsarlos de la plaza. Qué
sentido tiene exigir e imponer con violencia a la
gente para que no asista a su
espectáculo preferido…O en otras palabras, pretender restringir, coactar a las
personas de ir a donde quieren ir…? Una auténtica y flagrante configuración de
atentado contra la libertad personal.
Tarde
tenue y nublada hasta el inicio del festejo. La temperatura fue subiendo
ligeramente y los tendidos de sol resplandecieron de espectadores, mientras en
Sombra primaron los claroscuros. Poco más de media plaza de entrada para
disfrutar del primer festejo octubrino donde la cuota de emoción la pusieron
dos jóvenes toreros españoles que cruzaron el charco para regalarnos su arte y
valor. Terciada la novillada, con tendencia a buscar la salida y orientándose
pronto para hacer por el bulto; con una virtud, la movilidad aprovechada en su
medida por sus lidiadores. Y si no hubo apoteosis fue por la ineficacia a la
hora de la verdad. Argumentos, detalles y conceptos toreros mantuvieron en vilo
a la gente durante el transcurso del espectáculo.
Cerro,
el discípulo del gran Ortega Cano, fue el más puesto de los tres. Solvente y
largo con el capote y depurada su técnica muleteril, dejó patente el gran
momento que vive a escasos meses de asumir el doctorado. Su 1° se le cayó tras
el 5° muletazo y de allí hubo de perseguirlo al hilo de las tablas. El 4° le
arreó de salida y a por él se desbrozó señorial con aquellos inolvidables
capotazos de rodillas, muy templados y toreros. En la muleta el bicho metía la
cabeza pero no se definía pa’lante. Allí estuvo el torero, aguantando, metido
en los terrenos y corriendo la mano para tirar del Apóstol que revolvíase tras
el segundo muletazo.
Con
menos oficio y concepto pero con más atrevimiento vimos a Rafael Cerro, el
rubio temerario de cabello revuelto que se echó a la mochila entre achuchones y
volteretas a sus oponentes. Ni el circo romano ni la grandeza espartana; en el
toreo existen recursos para lidiar a novillos que se vencen y recuestan. Cerro
prescindió de ellos y si alguno no lo caló fue porque anduvo iluminado. Sus
maneras resueltas, atrevidas, insistentes y aquella avasalladora hambre de
triunfo emocionaron Acho, rozando la
puerta grande en el 5°.
Muy
discreta la actuación del mexicano Juan Pablo Llaguno. Sorteó el lote más
sosito pero bonancible y en ese sentido no pasó los apuros de sus compañeros. En
ambos no se acopló y adoleció de recursos para meterse en terrenos comprometidos,
robar muletazos y justificarse, que en fin de cuentas es el propósito de todo
torero que pisa la legendaria arena de Acho.
Ficha.
Plaza de Toros de Acho. Primer Festejo de la Feria del Señor de los Milagros.
Novillada con Picadores. Domingo día 27 de octubre de 2013. Tarde soleada con
media plaza de entrada.
Rafael
Cerro
(Blanco en plata) Media estocada tendida y desprendida, ovación. Estocada
delantera y caída, saludos.
Román
Collado
(Turquesa y Oro) Pinchazo, estocada caída y descabello, vuelta al ruedo.
Estocada traserilla y desprendida, oreja.
Juan
Pablo Llaguno
(Tabaco y Oro) Tres cuartos de estocada delantera, media estocada delantera,
palmas. Estocada tendida, silencio.
(Textos y fotos de Juan Medrano Chavarría)
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