Inmenso
por su valor, inmenso por su entrega e inmenso por su inclaudicable voluntad,
el torero de Jerez emocionó a la afición de Lima que lo aplaudió de pie hasta
trasponer el umbral de los arcos andaluces de la bicentenaria. La corrida de La
Ahumada y San Esteban de Ovejas saltó descastada; sólo un par de toros embistieron con claridad
en la muleta.
Tras el fatal percance en España
donde casi pierde la vida quedando mermado de sus facultades físicas, Juan José
Padilla volvió a presentarse en Lima,
desató la euforia en los tres tercios y
tras emotiva faena al 4°, salió por la puerta grande de Acho.
El jerezano compuso una tarde
condenada al ostracismo por el escaso juego de la corrida colombiana, cuyos
ejemplares rehuyeron los capotes, se escupieron de varas y a duras penas se
emplearon en el último tercio. El torero arreó a su lote en todos los terrenos,
clavó un extraordinario par de banderillas de dentro hacia afuera y con el destartalado 4°, de feas hechuras y
por quien nadie apostaba, estructuró una faena derechista que tuvo cotas
elevadas por el temple y buen gusto que imprimió a su quehacer. Sus naturales
limitaciones le privan de la plasticidad excelsa; el apunte es nimio comparado
con la grandeza de su espíritu, que lo llena todo, a oleadas, en el fragor del
desigual enfrentamiento con la fiera. Tras pinchar en lo alto, Padilla coronó
su labor con una estocada donde empeñó la vida para lograr el triunfo.
El Fandi ha dejado de ser el
fenómeno taquillero de otras temporadas. Se le observa mermado y sin las
suficientes motivaciones para mostrarse arrollador. Antes el sólo hecho de
coger los palos era motivo de ovaciones. Hoy le cuesta clavar con la precisión
planetaria con que antes lo hacía; se aflige con la muleta y las dudas
obnubilan su razón. El jabonero que hizo 5° se definió a bueno en la muleta y
Fandila lo toreó más con apremio que con sapiencia. De resultas que el toro se
le fue y la gente lo abucheó.
El nacional Alfonso de Lima
volvió a presentarse en Acho en su tercera comparecencia como matador de toros.
Quiso ser agradecido con los de sol, su tendido y el de su familia, cerrando al
toro en aquella querencia; el bicho resultó corretón y tras voltear en
contrario de varas tuvo fijeza en la muleta. El peruano lo atacó en cercanías
con muletazos sueltos de trámite; pero por el pitón derecho el toro venía con
nobleza y humillado. El asunto era la distancia, esperándolo a que rompiera por
allí, con conocimiento, temple y cabeza. El 6° fue uno de esos toros que la
vida pone en el camino de los toreros para hacerles madurar y enseñarles que la
modestia y la sencillez son valores que siempre hay que tener en cuenta en la
convivencia cotidiana.
Domingo 10 de noviembre 2013.
Corrida de Toros. Tarde soleada.
Tres cuartos de entrada.
Se corrieron seis ejemplares; 1°
y 3° de San Esteban de Ovejas; y 2°,4°, 5° y 6° de La Ahumada, desiguales de
presentación, rajados en varas y de diferente juego en la muleta. 4° Y 5°
aplaudidos en el arrastre.
Juan José Padilla (Gris en oro y
azabache) Estocada tendida y desprendida, palmas. Pinchazo y estocada entera,
dos orejas.
El Fani (Coral y oro) Pinchazo y
pinchazo y estocada caída, silencio. Pinchazo, estocada trasera y caída,
silencio.
Alfonso de Lima (Berenjena y oro)
Pinchazo, estocada entera desprendida, saludos. Dos pinchazos, media estocada
delantera, descabello, silencio.
Incidencias.- Destacaron en
banderillas Dennis Castillo y Andi Guerrero.
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