Mostró el buen toreo y encantó a la afición. |
Joaquín
Galdós hizo el toreo profundo y encajado, de exquisitez, aquel toreo de
sentimiento, el que gusta al buen aficionado. Andresito no reeditó sus buenas
actuaciones en plazas españolas y naufragó en el intento. La novillada de Santa
Rosa, cómoda y acapachada, embistió pero le faltó el punto de raza y fuerza
para romper.
Una delicia volver a Acho, que
luce bella y ataviada, como en sus mejores épocas, exhalando ese aroma a roble
viejo de sus vetustas arquerías, con sus machones que desafían al tiempo. Allí
pervive el vetusto mirador de Ingunza, allá arriba, desde donde el
Virrey
disfrutaba de aquellas corridas tricentenarias de caballeros y jamelgos…
Se esperaba un lleno que no se
dio, a pesar de los asequibles precios de las entradas. Con media plaza y tibio
sol de primavera hicieron el paseíllo Andrés Roca Rey, de rosa y oro, y Joaquín
Galdós, ataviado de canela y oro. La novillada de Santa Rosa de Lima, del señor
Alfredo Galdós, de capa negra, saltó terciada y comodísima de cara con raza y
fuerzas muy justas, poco castigada en varas y
arreando muy a su aire. El lote de Joaquín, excepto el 6°, se empleó más
humillado y de franca acometida; los novillos de Andrés plantearon dificultades
y había encontrarles la distancia para que se arrancaran. En resumen una
novillada bonancible que fue materia para el triunfo de estos dos buenos
prospectos nacionales.
Para los que no sabían de las
maneras de Joaquín, su actuación en Acho fue una grata revelación. Es un torero
que tiene madera pero de la fina; no solo pega pases componiendo la figura. Su
toreo va más allá, tiene profundidad y se pone de verdad, llevando el muletazo
hasta el límite y mejor con la mano de la verdad, que es lo verdaderamente
complicado. Todo ello cimentado en el valor y el gusto, que le brota a flor de
piel, con espontánea naturalidad. Es torero que no duda y jamás echa la pata
pa’tras. Conoce a los toros y no enmienda. Tiene las cosas casi hechas y se le
ve humilde y con paz en el alma. Ojalá los toros lo respeten y pronto esta
promesa se convierta en grata realidad. Las faenas al 2° y 4° hicieron retumbar
los viejos machones. Acho se entregó al torero porque se quehacer transmite. Ha
nacido con el don a pesar que hace apenas dos temporadas se animó a ser torero.
La gente esperaba más de
Andresito. En verdad la atracción era el torero de dinastía, que empezó en el
toro desde los ocho años. Nos remontamos a su actuación de setiembre en Arnedo
cuando le brindó la muerte del novillo a Joaquín a través de los micrófonos.
“Nos veremos las caras en Acho”, le dijo. Desde luego que ayer se vieron las
caras, pero Joaquín se llevó las palmas y Andrés tendrá que esperar una nueva
oportunidad para triunfar en su tierra. Con todo, el espigado torero lució
técnica, pero la inseguridad de sus movimientos emborronaron su quehacer cuando
la gente empezaba a calentarse. Fue desarmado hasta en cuatro oportunidades y
con el 6° tuvo que arrimarse en sol, exponiendo para justificarse. La gente lo reconoció
y fue ovacionado antes de perfilarse a matar. Esto todavía empieza y de seguro
las tardes de gloria están por venir para esta promesa que se hace torero a la
sombra del maestro Campuzano.
Ficha. Novillada con picadores.
Sábado 25 de octubre de 2014. Resultado Artístico. Andrés Roca Rey (Rosa y oro)
Estocada delantera y caída, palmas. Estocada baja, silencio. Dos pinchazos y
estocada, palmas. Joaquín Galdós (Canela y oro) Estocada desprendida, oreja.
Pinchazo y estocada, oreja. Estocada delantera y caída, palmas.
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