Y
merecidamente abrió la puerta grande de la plaza de toros de Cajabamba.
Voluminosa pero floja y escasa de raza la corrida de San Simón y Apóstol
Santiago. Chacón acompañó en volandas al torero de Lima y Morenito de Canta
también triunfó. Fabio Castañeda se fue de vacío.
Gratificante retornar a
esta plaza –para nosotros la más hermosa y mejor presentada después de Acho-,
para disfrutar de una tarde de toros donde prácticamente los toreros echaron
pa’lante ante una corrida que careció de movilidad y transmisión. Lerdos y
sosos algunos; otros tontones y con medios pases; esa fue la tónica de la tarde
que transcurrió entre la alegría de la
gente en los tendidos.
Octavio Chacón abrió
plaza ante uno de San Simón que tras el capote se paró y apenas pasaba la
jurisdicción del torero. Entonces vino la estrategia de los efectos y el
español arreó entre desplantes y tocaduras de pitones. El 5° tuvo mucho volumen
pero poco fondo y el ibérico volvió a aplicar la misma receta, sin intentar
componer la figura ni quedarse quieto, arriesgando un poquillo. En cambio
Alfonso de Lima estuvo digno; primero ante el bastote 2°, que por sus hechuras
semejaba un auténtico miura que iba muy a su aire sin interesarse por lo que
tenía delante. El limeño insistió por ambos lados y se dejó ver firme y mandón.
Con el 6° vimos a un torero con oficio que resolvió con valor sereno delante de
la cara del toro. El negro era una alimaña con dos pitones por delante que de
salida arrolló capotes y escupió al bisoño piquero.
Foncho lo tuvo crudo y
no le amilanaron las tarascadas que pegaba. Probó por el pitón derecho y tras
algunos muletazos el animal acabó desengañado; el torero ganó confianza y para
adelante se adueñó de la situación. La faena no fue lucida pero sí de emoción
porque había un torero honesto y un toro de verdad.
Morenito de Canta
saboreó la miel del triunfo con un animal que fue el lunar de la tarde por
terciado. Resbaló en la arena y estuvo a merced por interminables segundos.
Caló en el público y tras matar con una estocada entera paseó una oreja. Favio
Castañeda lidió al 4° de San Simón, un grandullón que apareció con las astas
virtualmente cercenadas y sangrando… Lo lanceó con gusto y puso dos pares de
banderillas apretándose con el toro. La cosa llegó hasta allí porque al toro se
le acabó el gas y el torero no encontró la forma de liarse con él.
Resultado Artístico. Ficha.
Jueves día 8 de octubre 2015. Plaza de toros Gloriabamba, tarde soleada y tres
cuartos de entrada en la primera corrida de toros por la festividad en honor a
la Santísima Virgen del Rosario. Reses de San Simón, 1°, 2°, 3° y 4°; 5° y 6°
anunciadas como de Santiago Apóstol pero con el hierro de San Sebastián de las
Palmas. Octavio Chacón (Rojo y oro) Pinchazo, estocada trasera y caída, tres
descabellos, palmas. Tres cuartos de estocada desprendida, dos orejas. Alfonso
de Lima (Tabaco y oro) Estocada baja, oreja. Estocada delantera y caída, oreja.
Estocada contraria, oreja. Pinchazo, estocada perpendicular y caída, vuelta al
ruedo.
(Desde Cajabamba, Cajamarca,
textos y fotos de Juan Medrano Chavarría)
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