Acho testificó la gloria de un torero que manda y
defiende su sitio, y de otro en pos de la cima. La puerta grande fue para los
dos, ante una corrida española terciada pero encastada y complicada de Daniel
Ruiz.
La gente salió hablando de lo pequeña
que estuvo la corrida. La tertulia del común giró en torno a aquella frase que
alguno lapidó con otra más real que la catedral de Lima: Habitamos el tercer
mundo y en el escalafón somos ciudadanos de tercera categoría; y al tacho con
la historia de Acho, que no vale un céntimo cuando de imponer la voluntad de
las figuras se trata. Por
ello, la de Zalduendo con aquellos toros de
misérrimos pitones, fueron para Morante y Talavante; y el último domingo, la
discretísima estampa de las reses albaceteñas, reseñadas de seguro para el
maestro de Béziers.
Entonces los toreros tenían que
escribir su historia. Este par de mastines sabían a lo que iban, y encararon la
cita con vergüenza y atrevimiento, en especial el madrileño, que se pone muy de
a verdad y esta temporada abrió tres veces la puerta grande de Las Ventas de
Madrid.
A la corrida le faltó cuajo y
remate y su comportamiento tuvo altos y bajos, oscilando con picos muy
pronunciados. Suelta y corretona de capote, midiendo en la muleta, sin entrega
pero con ritmo y buena clase a veces. Estas divergencias de comportamiento
hicieron trastabillar a los coletas, desarmados y achuchados al cruzar la
línea. El conocimiento y la capacidad lidiadora de estos dos toreros remontaron
las dificultades y saborearon el triunfo al final de la tarde.
El que abrió plaza fue protestado
por su escaso trapío. Llevaba en el brazuelo el guarismo 2 –nacido en 2012 y a
la fecha con algo más de tres años-; no da pelea en varas, mansea y se mueve
codicioso pero sin claridad. Castella brinda a los caídos en los sucesos
luctuosos de su país; se hace silencio y cogido a la valla los muletazos saben
a poco. En los adentros hay más derechazos que el animal los toma reponiendo y buscando el
bulto. Una vara no fue suficiente y conforme transcurre la lidia saca resabios
y echa mano al torero galo, que renuncia a la pelea y va por la espada.
El 3° va más definido y se mueve
con celo en los toques. Tiene mucha fijeza, vivaz y arrancándose en largo.
Sebastián brinda a la afición de Lima,-es el clásico toro para su toreo-, cita
en los medios y le cambia el viaje pasándoselo por detrás tres veces
consecutivas. Acho se emociona y rompe en cerrados aplausos. El toro tiene un
buen pitón derecho, va humillado con ritmo y entregado, encajando el torero
templadísimas series de cuatro muletazos que remata con el público
enfervorizado. Prueba con la mano de la verdad, el toro mete la cabeza pero
vuelto a derechas disfruta muy relajado en dos muletazos templadísimos y
despaciosos. La estocada cae traserilla pero el pedido es unánime y la
presidencia accede al fervor. Con el 5° está en maestro desde el capote, ante
un toro que muestra codicia y celo por los engaños. Con el milagro del temple
lo atempera, lo ahorma y le baja las revoluciones, engarzando derechazos que
hacen retumbar la plaza. No hay tela por el otro pitón y tras volver al lado
bueno el animal renuncia a la pelea. Con la gente muy caliente lo pincha y mata
de estocada entera; hay clamor pero el usía no suelta prenda y el francés da la
vuelta al ruedo entre ovaciones.
López Simón es el torero
revelación de la temporada. Es de Madrid, se ha forjado en la fragua y de valor
y verdad no se le discute. Pisa fuerte el albero, anda muy cruzado con los
toros y casi nunca enmienda nada. Lástima
que al día de hoy, con el toro tan manipulado, las cosas sean muy previsibles en
el toreo; con todo ello, este señor supone una bocanada de aire fresco entre
los que mandan y apenas hacen el esfuerzo. Con Travieso, que saltó 2°,
brusco y descompuesto en el capote, geniudo y crudo en varas pero in creciendo
en la muleta, mostró la buena madera de la que está hecho. El toro tuvo mucho
fondo y la faena fue intensa de principio a fin. Inició sometiendo a pies
juntos desaforando impecablemente los arrebatos del toro. Cita en largo –que es
la grandeza del toreo-, y aguanta muy de veras. El toro se le queda, vuelve a
ponerse y el animal se entrega en tandas de derechazos relajados y desmayados.
Los naturales también son de florituras, embraguetadísimos y engarzados con
martinetes y redondos sin solución de continuidad. Acho se entrega y aún sin
refrendar con el acero caen los primeros trofeos de la tarde.
El 4° no dice nada en el capote,
se resiste a ir pa’lante y sale suelto de varas. El torero lo ataca y a base de
cruzarse y echarle el trapo al pitón contrario, construye faena tirando del
animal en derechazos y redondos celebrados por el público. El 6° fue el lunar
de la corrida, arrollando, defendiéndose y midiendo para cazar. Va por él y
sale despedido; se pone de nuevo encelando en el sitio, pero sólo hay medio
pase y nada importante para la reseña.
Buena entrada para un inesperado
mano a mano donde se cayó Perera y la empresa no incluyó a un sustituto de su
categoría. El público tragó por la buena disposición de los alternantes y el
resultado, que ayudó mucho, pero la seriedad y formalidad deberían ir siempre
por delante.
Ficha. Domingo día 15 de
noviembre de 2015. Tarde nublada con tres cuartos de entrada. Tercera corrida
de toros de la Feria del Señor de los Milagros. Reses de Daniel Ruiz, terciadas
y de variado juego. Sebastián Castella (Tabaco y Oro) Estocada trasera y caída,
palmas al torero y pitos al toro. Estocada traserilla, dos orejas. Pinchazo y
estocada entera, vuelta al ruedo tras petición. López Simón (Azul Rey y Oro)
Estocada delantera y caída, dos orejas. Pinchazo y pinchazo, estocada caída,
palmas tras aviso. Estocada delantera y caída, palmas. Incidencias. Denis
Castillo, de la cuadrilla de López Simón, saludó una ovación tras parear al
corrido 2°.
(Textos y fotos de Juan Medrano Chavarría)
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