Hizo faena
para el recuerdo a un toro de El Manzanal en Huamachuco. Fue aclamado
triunfador de la feria en una tarde donde en una sola faena nos regaló un
auténtico compendio de la escuela mexicana del toreo.
La corrida fue un
grotesco salpicado, inadecuado para esta plaza donde hemos visto saltar
encierros bien presentados. El de Centinela 1° un eral, el de Los Cesares 2° terciadísimo
con el agravante de peligroso, el de Apóstol 6° mejor presentado y los tres del
Manzanal 3°,4° y 5° en toro pero mermados por las inclemencias de la larga
travesía desde el país cafetero. Con sus defectos, estos tres últimos dieron
juego con más o menos clase propiciando momentos de gran torería con el
mexicano
Leopoldo Casasola como el protagonista de la tarde.
El torero de Texcoco
rayó a gran altura con un toro de El Manzanal corrido 4°, que tuvo nobleza y
bondad por el pitón derecho. Su actuación con este burel tuvo estructura de
principio a fin. Primero con el capote, llevándolo toreado y enseñándole a
embestir. En la muleta el inicio fue con señorío, en doblones rodilla en tierra
inmensos y majestuosos, con mando y personalidad. Los muletazos llegaron por el
pitón derecho sentidos y profundos, cargados de clasicismo y sabor añejo. Los
trincherazos y manoletinas bordaron la obra y el contundente estoconazo cargado
sobre el toro coronaron una labor que perdurará en el tiempo y en las retinas
de los buenos aficionados huamachuquinos. Las orejas cayeron una a una tras
fuerte petición de la plaza y el torero las paseó entre vítores, ovaciones, con
auténtica emoción de torero bueno.
Alfonso de Lima lidió
contra un lote que no fue de su agrado y también contra sus propios fantasmas.
El de Los Cesares pronto sacó peligro y abreviando lo despachó. Al del Manzanal
en principio le tuvo fe y se esmeró en torearlo con su natural casta,
aguantándole los parones y haciéndole pasar por el pitón izquierdo. Conforme
transcurría la lidia orientábase el animal y las cosas se ponían al rojo para
el torero. Fue a por la espada y pasó la marimorena para despacharlo. El
Monteño sorteó el lote que más embistió. Con el 3° pegó un par de verónicas
para carteles de toros pero en la muleta hizo patente su escaso rodaje. Al 6°,
justito de raza pero noble, le trazó sentidos derechazos hasta donde le duró el
fuelle al toro. En ambos acertó con el acero y por esa vía logró la puerta
grande y el trofeo a la mejor faena de la feria.
Ficha. Plaza de Toros
de Huamachuco. Martes 19 de agosto 2014. Tarde soleada, tres cuartos de
aforo.
Leopoldo Casasola
(Celeste y Oro) Estocada delantera y desprendida, cuatro descabellos, división
de opiniones. Estocada en todo lo alto, dos orejas.
Anfonso de Lima (Tabaco
y Oro) Pinchazo y estocada delantera, palmas. Pinchazo, estocada delantera,
descabellos, media estocada, división tras dos avisos.
El Monteño (Grozella y
Oro) Estocada delantera y caída, oreja. Estocada entera, oreja.
Premios de la feria en
honor a la Virgen de la Alta Gracia:
Triunfador: Leopoldo
Casasola
Mejor Faena: “El
Monteño“
Mejor Ganadería: El
Manzanal de Colombia
Mejor Picador: César
Caro
Mejor Banderillero:
Manuel Esparza “El Caballo”.
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