Con estas
palabras, don Rafael Puga Castro resume la historia de una vida dedicada al
toro. Aquí los detalles de una emotiva jornada en los predios de Camponuevo,
cuyo hierro lidiará esta temporada una corrida de toros en la bicentenaria
plaza de Acho.
Camponuevo no sólo tiene
una historia, tiene decenas de ellas que están escritas a sangre y fuego en los
anales de la tauromaquia peruana; con un referente importante, La Pauca,
legendaria ganadería de toros bravos fundada en Cajamarca por los ancestros de la
familia Puga, encarnada hoy en Camponuevo, cuyo titular, don Rafael Puga, lleva
adelante uno de los proyectos ganaderos más importantes del Perú.
Antes,
don Rafael fue matador de toros, y previo al doctorado, señorito torero, luego
novillero; con un detalle: triunfó rotundamente en Acho cortando rabos y orejas
en estas tres categorías, sumando un total de 23 corridas de toros y 10 ferias del Señor de los
Milagros, exhibiendo en su casa ganadera todos los trofeos que por aquellos
años se entregaban en Acho, obteniendo un palmarés que ningún torero
nacional ha logrado a la fecha.
Uno de los gratos momentos de
don Rafael Puga le ocurrió cuando torero. “El Presidente Velasco había
recibido una fuerte rechifla en Acho el año 1972. Entonces no era
bienvenido en la plaza y me invita en 1973 a Palacio luego de ganar el
Escapulario de Oro; no sólo me felicitó, sino que me facilitó el
viaje a España para perfeccionar mi toreo y mi afición ganadera”.
El hombre desborda
afición y pasión por lo que hace. En la finca hay que trabajar todos los días y
siempre hay qué hacer. Se escucha un rumor lejano que de a pocos se hace más
intenso; es el vaquero con los toros al galope por el circuito que recorre tres
veces por semana, ejercitando a los animales para poner a punto el ritmo
cardíaco y eliminar el exceso de kilos. Es un espectáculo maravilloso, con los
toros galopando sin abrir la boca, con ritmo constante y acompasado al trote
del caballo.
No es casualidad que los
toros de Camponuevo no se caigan en las alturas más extremas de nuestra
geografía taurina. La explicación está en el cuidado, la sanidad y el
entrenamiento que se brindan a cada una de las reses que pastan en la
ganadería.
“Conozco a cada una de
mis vacas y voy a los pueblos donde lidian mis toros, sin excepción”, añade don
Rafael.
“Ser ganadero no es un negocio,
por mucho que se cobre por los toros. La demostración está en el escaso
número de verdaderos ganaderos que hay en Perú. Y nunca debemos olvidar que sin
ganaderos no hay corridas; por eso se debe apoyar a los esfuerzos
ganaderos, exigiendo productos de calidad y que respondan a las expectativas
del aficionado. Tengo ilusión por los toros que presentaré en Acho en la
segunda corrida del abono. Soy consciente que no soy el inventor de la bravura,
pero garantizo que mis toros son toros y que los he criado con esmero. Ojalá
respondan con buen comportamiento en la plaza, como lo hacen en provincias,
porque hay mucha responsabilidad y Camponuevo no puede ni
debe defraudar el compromiso que mi familia tiene con la fiesta
brava en nuestro país. En mi ganadería se fomenta la seriedad, se desecha la
picardía y se apoya a los toreros peruanos con proyección. Andrés Roca Rey
es fiel testigo de lo que expreso”, remarca el ganadero.
Aquella corrida anunciada
para el domingo día 13 de noviembre, en el tercer festejo de la feria del Señor
de los Milagros, luce en tipo, seria y con el trapío que Acho y el aficionado
reclaman. El ganadero ha puesto especial cuidado en la presentación; la hemos visto y de seguro no
defraudará. Desde el brillo de su pelo, pasando por la fineza de las
pezuñas hasta la integridad de los pitones, la corrida está pensada para el triunfo grande. Esperemos que sea así y don
Rafael pueda saborear el triunfo como ganadero, que antes lo obtuvo en
innumerables ocasiones como matador de toros.
“Es
bueno para la fiesta brava que florezcan nuevas ganaderías, pero ser
ganadero de bravo es producto de afición, conocimiento, dedicación y mucha
seriedad; porque no se puede jugar con el público que sostiene el espectáculo”
“Vaca
de pura casta con toro de pura casta, NO necesariamente da el toro apto
para el espectáculo de hoy en día”
“Ser
ganadero es una profesión que NO se puede delegar. Pobre de aquel ganadero que
no está al pie de su ganadería. No se puede jugar con la ilusión de los
aficionados, de los toreros, de los donantes, de los capitanes de fiesta…”
“Este
año voy a la feria Limeña porque es la primera vez en 22 años que me llama la empresa
que organiza la Feria del Señor de los Milagros. Han tenido que ser empresarios
mexicanos los que reconozcan mi esfuerzo ganadero; espero que los años
venideros todas las corridas sean con ganado nacional, y no se aplique el dicho
que el peor enemigo de un peruano es otro peruano…”
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