Dos tardes que pasaron al
olvido en San Marcos, el ganado que salto a la arena de la plaza de toros
instalado en esta localidad no embistió y los toreros no estuvieron fino con el
estoque, en la primera tarde solo se cortó una oreja que fue a parar al esportón
del colombiano Cristóbal Pardo, el nacional Fernando Villavicencio escucho un
aviso y se fue en silencio.
El segundo día el
aburrimiento fue peor los cuatro astados que saltaron al ruedo complicaron a
los matadores, acusaron mansedumbre y falta de clase para embestir.
El torero mejicano Manolo
Juarez dio una vuelta al ruedo en el primero de su lote y el colombiano
Cristóbal pardo está vez no tocó pelo.
Así culminó dos festejos
que pronto será olvidado, la afición se quedó con las ganas de saborear el toreo
de Villavicencio y del “Poeta”.
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